Cuidados
¿Qué son los cuidados de larga duración?
La OMS (Organización Mundial de la Salud) recoge que los cuidados de larga duración son el sistema de actividades llevadas a cabo por personas cuidadoras no formales (familia, amigos o vecinos) o profesionales (sanitarios, sociales u otros), o ambos, para conseguir que una persona que no sea totalmente capaz de cuidar de sí misma mantenga la mejor calidad de vida posible, de acuerdo con sus preferencias individuales, con el mayor grado posible de independencia, autonomía, participación, realización personal y dignidad humana.
El respeto a los derechos humanos debe estar siempre presente: se debe asegurar que todas las personas puedan envejecer con dignidad y seguridad.
Podemos hablar de diferentes lugares de prestación de los cuidados de larga duración: cuidados en domicilio, que pueden ser dados por un cuidador familiar o profesional, o cuidados en entornos residenciales. Más allá de los diferentes recursos y modelos de cuidados de larga duración, la realidad es que cada vez más personas van a necesitarlos, y durante más tiempo.
El objetivo fundamental de los cuidados de larga duración, es favorecer la mayor calidad de vida, permitir vivir lo más independientemente posible, ayudar a las personas a completar las tareas esenciales de la vida diaria, y, mantener al máximo los niveles de función, salud, y bienestar mental y social. Y para ello es fundamental el papel que desarrollan los distintos tipos de cuidadores:
- Los cuidadores formales son proveedores de cuidados que reciben una retribución económica por suministrar los cuidados y están asociados a un sistema de servicio organizado. Además, están cualificados profesionalmente y entre ellos se encuentran los profesionales sociosanitarios (enfermería, medicina, psicología, trabajo social, fisioterapia, terapia ocupacional, gerontología…), que proporcionan servicios de cuidado personal, cuidados de salud y tareas del hogar.
- Los cuidadores informales son aquellas personas que dispensan cuidados sin percibir compensación económica por realizar esta tarea, no poseen formación formal y pertenecen al entorno próximo de la persona dependiente (familiares, vecinos, amigos…). Además, la provisión de los cuidados suele suministrarse en la vivienda de la persona dependiente, de forma diaria, continua e intensa, e incluye tipos apoyos como la atención al cuidado personal, la realización de tareas domésticas y el apoyo emocional.
La necesidad de cuidados de larga duración es más prevalente en los grupos de edad avanzada, ya que tienen mayor riesgo de sufrir problemas o enfermedades crónicas o de larga evolución que causan discapacidad física o mental.
¿Cuál es la situación actual del sistema de cuidados de larga duración en España?
La puesta en marcha de la Ley de 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, supuso un importante avance de la protección social en nuestro país. Sin duda, se trata de una cobertura necesaria en sociedades modernas con estados sólidos de bienestar, a los que se une de forma cada vez más notable una mayor longevidad.
La necesidad de ayuda aumenta a medida que aumenta la edad de la persona, siendo además mayor entre las mujeres que entre los hombres, por tanto, si nos movemos en entornos de una mayor longevidad, cabe esperar un aumento en el número de personas con dependencia.
Es decir, si se mantienen las tasas actuales en la población mayor de 80 años, para el año 2030, aproximadamente 750.000 personas serían dependientes (prácticamente, un 23,2% más que en la actualidad). Por tanto, la cobertura de los cuidados de larga duración, gana sin lugar a dudas un papel protagonista.
¿Cuál es la apuesta actual en relación a los cuidados de larga duración en Asturias?
La amplitud de la dependencia en la región y la importancia que cobra en los planes vitales de las personas, sitúan a la vejez en general y a la dependencia en particular, como un elemento central en la vida de las familias asturianas.
La población en Asturias en 2019 era de 1.022.800 personas, de las cuales 488.137 eran hombres (47,7%) y 534.663 mujeres (52,3%). En este sentido, los datos indican que el 26,2% de la población supera los 64 años y que un 8,6% tiene 80 o más, lo que supone que en 2033 estas proporciones alcancen el 33,6% y el 10,9%, respectivamente.
La esperanza de vida en Asturias se sitúa en 82,82 años en el 2019, siendo esta mayor en el caso de las mujeres (85,63 años frente a 79,85 en hombres).
En relación a la forma de convivencia cabe señalar que muchas personas mayores viven solas, lo que muestra el cambio en las estructuras familiares, y el aumento de la demanda de servicios. Pero la inmensa mayoría de la población imagina su vejez en “su casa”, “cerca de los suyos”. Asistimos pues, a una revolución de la vejez, espoleada por nuevas generaciones y que demanda autonomía, libertad y un ambiente lo más familiar posible para sus últimos años.
¿Qué oportunidades se nos presentan en el sector de los cuidados de larga duración desde la economía social?
Una de las características que pueden definir las sociedades actuales es que son cada vez más longevas. Hemos ganado años a la vida y esto supone en muchas ocasiones la aparición de enfermedades crónicas, discapacidad, pérdida de autonomía y situaciones de dependencia relacionadas con la edad.
El envejecimiento de la población supone un desafío sin precedentes. Afecta a todos los ámbitos y no solo al de los cuidados, pues tiene consecuencias económicas, laborales, etc., que serán cada vez mayores.
Hoy más que nunca, desde la Economía Social, tenemos la oportunidad de dar respuesta a la idea de un modelo de cuidados centrado en la persona, más dinámico y progresivo, con amplia base domiciliaria y comunitaria, con integración de servicios sanitarios y sociales, y con apoyo a los casos más complejos. Este es el modelo de futuro, y éstas, nuestras propuestas de actuación:
- Derechos y papel social: Se debe asegurar que todas las personas puedan envejecer con dignidad, seguridad, autonomía e intimidad. Existen infinidad de evidencias sobre la gran contribución que las personas mayores hacen a sus sociedades, siendo importantes agentes de cambio y de desarrollo económico y social.
- Los cuidados deben girar en torno a las personas y sus necesidades: El cuidado a largo plazo es más que satisfacer las necesidades básicas; se trata de preservar los derechos de las personas mayores, las libertades fundamentales y la dignidad humana.
- Envejecer en casa: Las personas prefieren envejecer en su hogar con calidad de vida, lo que supone un aumento de la variedad de recursos de atención en el domicilio. En consecuencia, la atención a las situaciones de dependencia es fuente de desarrollo económico y de generación de empleo.
- Red de cuidados: Es necesaria una coordinación sociosanitaria de los cuidados para optimizar recursos y atender a las personas de forma integral.
- Mosaico de obligaciones: El grupo de población que componen las personas mayores de 65 años representa una diversidad tan grande como cualquier otro grupo social, con intereses particulares y específicos. Además, es necesaria una mirada de género a los cuidados y al envejecimiento, pues hay más mujeres cuidadoras y más mujeres mayores en situación de fragilidad y vulnerabilidad social.
Cuidar y ser cuidado desde el marco de la calidad y del buen trato debe ir más allá de la protección y de la evitación del daño.
Con este propósito y enmarcada dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, surgen dos iniciativas dentro del Principado de Asturias, por un lado, la Estrategia CuidAS, una propuesta para la transformación del modelo de cuidados de larga duración para personas adultas, un compromiso con la mejora y la transformación del actual paradigma del cuidado, y por otro lado, el Programa Impulsad, que nace como refuerzo al sistema de atención domiciliaria a la dependencia, una iniciativa que pretende que los mayores residan en su entorno el máximo tiempo posible, con calidad de vida y los cuidados necesarios.
Estrategia para la transformación del modelo de CLD para personas adultas en el Principado de Asturias, CuidAs
La Estrategia CuidAs es una propuesta de compromiso, para iniciar, orientar e impulsar un proceso de transición en los cuidados de larga duración en el ámbito de los Servicios Sociales del Principado de Asturias.
Para ello se proponen un conjunto de medidas pensadas para apoyar procesos de cambio en los servicios, tanto de titularidad pública como privada, los cuales han de ser liderados desde un firme compromiso, pero con la necesaria flexibilidad que requiere cada contexto.
De forma más concreta se pretende:
- Generar conciencia social sobre la necesidad de una nueva mirada a las personas que precisan cuidados y sobre la calidad de la atención.
- Implicar a las distintas partes intervinientes en el proceso de cambio y generar rutas posibles. • Iniciar y apoyar acciones diversas de mejora y transformación en los actuales servicios, que sean coherentes y sinérgicas con el modelo propuesto.
- Impulsar y apoyar la puesta en marcha de proyectos innovadores en el cuidado de las personas que den mejores respuestas a necesidades actuales y futuras.
- Realizar las modificaciones normativas que sean precisas para permitir e impulsar el cambio. • Consolidar y agilizar la coordinación entre los sistemas e instituciones implicados en el cuidado. • Crear un sistema de evaluación de la calidad de los servicios que ofrecen cuidados de larga duración acorde al modelo orientador de la atención planteado.
Principales características:
Toda intervención social que busque el compromiso de las partes implicadas en el mismo, debe prestar una especial atención al modo en cómo ésta se concibe y se desarrolla. De este modo esta Estrategia se concibe desde:
- Una mirada ética.
- La búsqueda de la participación y del compromiso de diferentes agentes intervinientes en el cuidado.
- La flexibilidad y la progresividad.
- La perspectiva de género.
- La recogida de datos y la evaluación
- La transparencia.
- La búsqueda del alineamiento y la adhesión.
- La innovación, impulsada a través de las TIC.
Por su parte, la Estrategia incluye cinco áreas y cada una de ellas se estructura en distintas líneas de acción, que a su vez proponen diversas medidas que serán desarrolladas contando con la participación de los diferentes agentes implicados en el cuidado. Medidas que son concebidas como propuestas de aplicación progresiva a corto, medio y largo plazo.
- ÁREA 1: Sensibilización, comunicación y participación
- ÁREA 2: Planificación del sistema de cuidados
- ÁREA 3: Apoyo a la transformación y a la gestión del cambio en los centros y servicios
- ÁREA 4: Innovación y conocimiento
- ÁREA 5: Evaluación de la calidad y transparencia
Impulsad
El Servicio de Ayuda a Domicilio es una de las prestaciones de servicios sociales esenciales, en la medida en que posibilita que las personas puedan permanecer en su entorno el mayor tiempo posible en unas condiciones dignas.
Este servicio, destinado principalmente a personas adultas, aunque no exclusivamente, ha visto ampliada su cobertura de una manera exponencial en los últimos años, con motivo de la entrada en vigor de la Ley 39/2006, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas dependientes.
Otros factores, como la crisis social y sanitaria provocada por la COVID-19, han influido asimismo en que en la actualidad este servicio llegue al 17% de las personas formalmente declaradas en situación de dependencia.
Si tenemos en cuenta que los expertos señalan un incremento estimado del 5% del número de personas dependientes en los próximos 10 años, nos encontramos en un momento propicio para reflexionar sobre las condiciones en que se presta actualmente este servicio en el Principado de Asturias, desde un enfoque multidimensional:
- A nivel de los propios destinatarios, en primer lugar. ¿El SAD satisface las necesidades concretas de sus usuarios? ¿es sencillo el acceso al mismo? ¿es proporcionado y homogéneo su copago?
- A nivel de las entidades prestadoras del SAD. ¿Existe capacidad para prestarlo en condiciones de calidad? ¿hay tensión entre oferta y demanda?
- Desde el punto de vista de los profesionales que prestan el SAD. ¿Existe margen de mejora de las condiciones laborales? ¿hay formación suficiente y de calidad?
- A nivel de las Administraciones públicas que lo gestionan. ¿Resulta eficiente el sistema actual de gestión del SAD municipal y el SAD a personas dependientes?
Todas estas cuestiones invitan a iniciar un diálogo abierto, eficaz y constructivo entre todas las partes implicadas, que propicie un clima de acuerdo y de trabajo conjunto para conseguir resolver e incluso llegar a anticiparse a los problemas derivados de la complejidad de este servicio.
Por ello, el “Programa Impulsad 2021-2023” pretende abarcar todos estos aspectos, analizando los problemas detectados y sus posibles soluciones y marcando una hoja de ruta como punto de partida para los próximos dos ejercicios, todo ello en el marco de la Estrategia para la Transformación del Modelo de Cuidados de Larga Duración a Personas Adultas del Principado de Asturias.